Reseña: Piel de Ciervo - Robin McKinley


 
Género: fantasía, novela de personaje, intimista

Temas: violencia sexual, trauma, superación, superficialidad y egocentrismo, lealtad animal

La Mujer de la Luna y sus siete perros volaban, más veloces que los ciervos y las liebres, y la gente se apartaba de ellos como las olas, se abrían como el mar ante la proa de un barco que navega con el viento a favor.

Cuando me encuentro con obras tan maravillosas como esta, me pregunto cómo hay gente a la que no le gusta la fantasía. Me entristece que se encasille como un género infantil, siempre lejano a la realidad o de mero entretenimiento, cuando a través de la fantasía se pueden tocar temas sensibles y reales de una manera muy diferente y poética.

He de advertir que he intentado no hacer spoilers de la historia, pero me ha sido imposible no mencionar algunos temas/momentos clave por su importancia. Si aún no te lo has leído, valora si seguir leyendo esta reseña o no. A mí, personalmente, me gusta mucho sumergirme en las historias sin tener mucha información sobre ellas.

La sinopsis es la siguiente:

En un reino mágico, repleto de leyendas y belleza, la princesa Lissla Lissar no encuentra su lugar. La admiración que sus padres evocan no alcanzar a tocarla y su vida es triste y solitaria. A medida que la que pequeña Lissar se hace mayor, la ilusión de perfección empieza a resquebrajarse en el reino y el sueño se transforma en pesadilla. Acompañada de Ceniza, su perra fiel, huirá a las montañas buscando refugio tras un terrible suceso, y juntas labrarán un destino muy diferente al que todos en el reino habían imaginado para ella.

Piel de Ciervo es una historia que, a mí parecer, trata diferentes temas: la superficialidad de las personas; la relatividad de lo que significa la belleza, la perfección y la grandeza; la falta de amor y atención en la crianza de los hijos; el egocentrismo; pero, sobre todo, la violencia sexual y el proceso del trauma que esta acarrea.

Hay algunas cosas que quiebran una vida, que no solo la destrozan hasta que pierde sentido, sino que, con pura maldad, lanzan los pedazos muy lejos, al mismo infierno.

Lissar crece como la princesa de uno de los reinos más grandes y poderosos, hija de unos padres cuyas proezas han sido magníficas: su madre es la mujer más bella de los siete reinos, y su padre, el más valiente caballero que llevó a cabo una misión casi imposible con el fin de conquistarla. La pequeña princesa crece a la sombra de éstos: tan grandes, tan magníficos, tan dorados... el único lazo amoroso que tiene lo consigue cuando su madre muere: una perra llamada Ceniza que le regala un príncipe de un reino lejano para calmar su pérdida. Lissar conoce el amor cuando se vuelve responsable de Ceniza.

A través de un cuento de hadas, se nos presenta una niña desatendida, eclipsada por unos padres que nunca están presentes (demasiado metidos en sí mismos) y un reino que no se da cuenta (¡Oh! ¡Con lo maravillosos que son nuestros reyes!).

Con los años, Lissar se vuelve una chica autónoma, de la que la gente apenas se acuerda... hasta que se convierte en una joven hermosa, cada vez más parecida a su difunta madre. Ahí es cuando todo se tuerce. Durante el tiempo que Lissar pasa en el palacio tras la muerte de su madre, una sabe que algo malo va a suceder, sin embargo... es solo una adolescente, nunca ha salido apenas del palacio, intuye que algo no va como debería, sí, pero ¿a dónde va a ir? Se encierra en su habitación, pero por desgracia eso no evita nada

La violencia (y más la violencia sexual) es así: transgresora de barreras, egocéntrica, una orden humillante.

McKinley narra las escenas con crudeza porque no hay otra manera de hacerlo. ¿Y el después? La pesadilla. Lissar solo vive porque Ceniza lo hace y tiene que sacarla de allí. Es el amor hacia su perra —el único ser vivo al que ama—, el que provoca su huida a las montañas. Sin embargo, es una huida errática, descuidada, vacía.

La autora trata este tema con suma delicadeza y conocimiento: el trauma aflora de muchas maneras, como el olvido como método de autoprotección; el descuido de una misma y de realizar las tareas más básicas para mantener el cuerpo con vida, y por supuesto, las subidas y bajadas, las recaídas a los abismos. Pero éste es un cuento de hadas, ¿no? Así que Lissar es socorrida en sueños por la Mujer de la Luna.

Despierta, niña mía. Te he concedido varios dones, y el mundo ya no es como temes, o al menos, no del todo, y podrás ver lo que es bueno y amable, pues creo que ya has visto suficiente de lo otro. En primer lugar, te he concedido el regalo del tiempo; y también otros regalos, uno que deberás descubrir y otro que deberás buscar.

La Mujer de la Luna le otorga aquello necesario para continuar: el olvido temporal, un vestido mágico de piel de ciervo que cuida de su cuerpo, una apariencia distinta que le permite comenzar una nueva vida, y un don que le permite encontrar a todo ser que esté perdido o necesite ayuda.

Todo el proceso en el que Lissar recupera la memoria poco a poco, cómo se enfrenta a sus propios fantasmas, cómo vuelve a confiar en otras personas, cómo se permite volver a ser feliz... es un viaje precioso y poético a través de los campos de un reino mágico, poblado de dragones y bestias que se interponen como baches en su camino. Además, crea un vínculo muy especial con Ceniza y otros perros a su cargo, pues se cuidan mutuamente. Este me parece un mensaje sobre el amor puro, inocente y libre de juicios que otorgan los animales.

Por otro lado, está el ritmo de la novela: es lento. Es una novela de personaje, con un nivel de introspección elevado, pero en ningún momento se me hizo aburrida o pesada. Simplemente, creo que hay historias que necesitan ser más pausadas. Es de las partes que yo más he disfrutado de la novela: sentarme y sumergirme en un mundo de fantasía medieval tranquila, repleto de bosques y prados, en el que las leyendas tienen mucho de ciertas.

Finalmente, no puedo terminar esta reseña sin mencionar el cuento Piel de Asno, de Charles Perrault, en el que se inspiró la autora para escribir Piel de Ciervo. Ésta es una nueva versión de la historia y no tanto un retelling, puesto que lima todas las partes del cuento que no tenían sentido y lo dotan de una honestidad, una belleza y una perspectiva femenina que hacen que la historia sea no solo más creíble, sino también más poderosa en su moraleja—.

No puedo estar más agradecida a la editorial Duermevela por traducir estas historias de fantasía tan bonitas, oníricas y llenas de significado, y por envolverlas con unas ediciones tan cuidadas.

Si te has leído esta novela, ¿qué te ha parecido? ¿Te llama la atención? ¡Me alegrará leer tu comentario!

Un abrazo,

Laura

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