—Como me enfades, puedo invocar a las malvas del jardín para que te estrangulen.
—Yo no hago caso a los rumores, Criadora de malvas.
Bretaña, Francia
Cuando Gael Tremille vuelve a casa de sus padres con el fracaso a cuestas y sin saber qué camino tomar en su vida, lo que menos espera es trabar amistad con la Criadora de malvas, la extraña chica que habita en la casa abandonada del cementerio y que todo el mundo evita; la que hace que las flores broten allá donde pisa; la que habla con las tumbas y corre por la playa retando a las olas. Ella le hará recordar su verdadero propósito, escondido entre capas de miedo: cuidar y proteger a los animales que lo necesiten.
Odette Guillory se deja llevar por la vida sin más compañía que la de su gato, las malvas y las constantes habladurías sobre ella. Hasta que conoce a Gael, que parece dispuesto a acompañarla y desenterrar todas las malditas raíces de su pasado.
¿Qué piensa el jurado?
«Me ha conquistado por completo. La forma de escribir me ha parecido delicada y firme al mismo tiempo, con mucha capacidad para transmitir emociones. Una novela llena de sensibilidad y amor por los animales. Esto, junto con la peculiar protagonista, han conseguido emocionarme mucho. También creo que el aura de misterio que envuelve a Odette está muy bien creada. Y la resolución, con esa caída a los abismos emocionales y ese resurgir sanador, está totalmente a la altura».
«La ambientación en la Bretaña, lo tierno que es el protagonista masculino (que encima es vegano, algo que se ve poquísimo en la romántica) y la relación que establecen poco a poco es muy especial. Es un cóctel muy bonito, con un subtono trágico, que te engancha».
«Me gustó mucho el aire un tanto poético que tiene; un corte tipo new adult; la ambientación, los personajes y sus circunstancias, cómo parece que los protas están todavía hallándose a ellos mismos».
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