
Temas: drogodependencia, relaciones familiares
Director: Felix van Groeningen
Beautiful boy es la nana que David le canta a su hijo
Nic cuando es pequeño; también es la que suena en sus recuerdos cuando acuna a un ahora
joven dado a las drogas, que sufre hecho un ovillo entre las sábanas.
Esta historia trata sobre la relación entre un padre y su
hijo adicto, pero también del recuerdo de ésta durante toda una vida, una
relación que siempre ha sido estrecha, en la que se han visto crecer y se han
acompañado. Nic es un chico listo, amable y creativo, le gusta leer y escribir,
también dibujar. Juega con sus hermanastros pequeños, tiene un corazón
bondadoso y amor de sobra que repartir entre sus padres divorciados y su
madrastra. Sin embargo, la realidad tiene matices amargos, aburridos, estúpidos,
en palabras del chico. Un día confiesa a su padre que ha empezado a fumar para
pulir la realidad, para hacerla algo más soportable, algo que yo imagino como eliminar
las rugosidades y los picos irregulares de una roca para convertirla en un
canto redondo, liso, bonito. No digas esas cosas o empezarás a creértelas,
le aconseja su padre, con una sonrisa. Y ten cuidado.
La vida tiene ciertas imperfecciones y puntos de dolor, incomodidades
fácilmente salvables con diferentes tipos de sustancias. Nic las prueba todas, hasta
llegar a la metanfetamina, de la que no puede salir. La historia comienza con
su primer ingreso en rehabilitación y pasa por todas las mejoras del chico,
también por todas sus recaídas, cada cual más estrepitosa. Está orientada desde
los ojos de David, su padre, que intenta investigar y ayudarlo. Mientras, las
fotografías de un Nic niño le saludan desde la pared, las canciones que un día cantaron
juntos en el coche le transportan a los años en que su hijo estaba sano y los
eventos a los que debe de asistir como padre de otros dos niños pequeños le
encogen el corazón, solo por el recuerdo de su hijo mayor.
La drogodependencia le aparta de su hijo, que por muchas
veces que salga y entienda la gravedad de lo que le está pasando, no es capaz
de dejarlo del todo. Tras muchas peticiones de ayuda a lo largo de los años, la
realidad es demasiado amarga y sin sentido comparada con el sueño irreal en el
que se sumerge cuando está drogado, así que siempre vuelve. David tendrá que
entender algo muy doloroso, y es que a veces es necesario dejar caer hasta el fondo
a la persona que más amamos en el mundo para que pueda resurgir.
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| Fotograma de la película en el que Nic encuentra un pedazo del diario de su padre |
En cuanto a la parte visual, Beautiful boy es una película
bonita, con fotografías y secuencias que hablan por sí solas. Planos del presente
que se mezclan con los del pasado, fotogramas que dicen mucho más que una
escena entera. La banda sonora es tranquila y acompaña durante toda la película.
A mí me ha gustado, dentro de ser una película bastante
plana, con un comienzo y un final similares. Sobre todo, al principio,
me costó enterarme del momento cronológico. Muchas veces me perdía en el
momento vital de Nic, pero finalmente entendí que empieza con el chico ingresando
en rehabilitación antes de entrar a la universidad, y termina unos pocos años
después de que se gradúe. Los únicos flashbacks son a su infancia. Creo que el
efecto bucle que la película a veces genera puede ser adrede, simulando cómo
debe de sentir tanto la persona drogodependiente como su familia las mejorías y
las recaídas.
La película termina con datos sobre la drogadicción, las
muertes por sobredosis y los daños que pueden causar en las familias. La
realidad es muchas veces amarga, pero esta manera de evadirse de ella es un
camino de difícil retorno y no debería tratarse como un juego. Así es como
muchas veces entran las personas jóvenes, o incluso algunos adultos que no
saben cómo gestionar ciertas decepciones vitales.
En resumen, es una película bonita e interesante de ver.





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