Sobre canciones que son cuchillos y fantasmas de vapor




Desde hace poco, estoy experimentando el sentirme identificada en textos, en canciones y en poesías de una manera indirecta. 

Cada persona tiene sus propias vivencias que le hacen ver el mundo con unas lentes diferentes, pero no me había pasado antes (o si me había pasado, no de forma tan recurrente).

Me he dado cuenta de que, al igual que hay poemas que te ofrecen un hombro sobre el que llorar, hay otros que te ponen un cuchillo en la mano. A veces son el mismo poema, incluso. 

Hay poemas y canciones a los que quisieras pedir perdón.

Y yo últimamente pido perdón a muchos.


***

Sobre Andrew Hozier-Byrne


Por otro lado, historias hay muchas y también narradores. Las emociones humanas son complejas y yo creo firmemente que las personas no son buenas o malas, a pesar de que sí me he encontrado con personas que tienen este parecer. Hay actos buenos o desacertados, y la manera de reaccionar a ellos o de responsabilizarse es lo que puede marcar la diferencia.

Y en algún momento de la vida, creo que es fácil sentirse villano de la historia. Hay canciones y poemas que también hablan con la voz del culpable, que explican el torbellino de sensaciones y pensamientos que nubló sus mentes, de las razones por las que actuaron de una manera u otra. 


No es sorpresa para nadie que me conozca que Hozier es uno de mis cantantes favoritos, y no sólo por su voz y su talento musical, que son gigantes, sino por su manera de escribir. Sus letras nunca son simples. Siempre tienen capas y capas para desgranar metáforas, referencias y guiños. Son letras complicadas y, como con toda la poesía o las canciones, ocurre que entran en uno por primera vez con una interpretación muy personal. Con cada escucha, su significado cambia. Hace poco leí que las canciones de tu artista favorito son esas que cumplen dos funciones: te consuelan en los días más tristes y te hacen sonreír en los más felices. Las canciones de Hozier cumplen esa función en mí, incluso me atrevería a añadir más emociones, porque también he cantado a pleno pulmón estrofas que en aquel momento me parecían afiladas como cuchillas cuando he estado enfadada.


Sin embargo, lo que más disfruto es el momento en que él revela pinceladas de sus intenciones o sus mensajes, es saber cómo llegó esa idea a su cabeza y saber qué significa para él.


Wasteland, baby! (álbum de 2019) habla del amor de maneras muy diferentes, del deseo, del comienzo incluso en un mundo que se va a pique, de amor sobre un campo de ruinas; de poder.

El álbum que llegará en agosto de 2023, Unreal Unearth, tiene mucha referencia mitológica y literaria, así lo demuestran algunas de las primeras canciones ya presentadas, como Swan Upon Leda, Francesca o Unknown, y otros títulos de la lista que ya ha revelado.


Yo quiero poner mi foco en Unknown, que trata sobre un corazón roto. Sobre haber idealizado a la persona que amas y haber hecho todo por ella (I thought you were like an angel to me). Pero darse cuenta de que, en realidad, no es así, de que es capaz de dañar o traicionar como cualquier otra persona (Going unknown as any angel to me). Hozier mismo explicó: ninguna persona es un ángel. Todos vamos a romper un corazón alguna vez en nuestra vida o dañar a alguien.

Me fascina que, después de todo, expresa que lo que más duele no es el hecho de estar solo, sino de haberse convertido en un desconocido.


It ain’t the being alone

it ain’t the empty home, baby.

You know I’m good on my own.

Baby, you know, is more the being unknown


El amor es tan fuerte y está tan lleno de complicidad, que cuando se rompe, una siente un pedazo de sí misma perderse. Después de vivir siendo (y teniendo a) una persona especial (un ángel), al romper, se aterriza en el suelo mundano donde se vuelve a ser una desconocida. Donde el foco ya no ilumina a nadie, y hay que caminar por la muchedumbre para convertirse en una más (so much of the living, love, is the being unknown).

Es duro, y es una canción que me resuena especialmente en estos días en que me acostumbro a estar “sola” después de mucho tiempo. Sin embargo, Hozier me recuerda que no lo estoy, y que no soy la única que se siente perdida. Una vez más, actúa como una especie de faro en mitad de la tormenta con sus canciones.


En cuanto a referencias, en una entrevista contó que se inspiró en el Noveno Ciclo del Infierno (Traición), de la Divina Comedia. Me ha parecido interesante, y dado que últimamente está utilizando bastantes referencias a esta obra, tal vez me plantee leerla en el corto plazo.



***

Fantasma de vapor
Mírame,
de verdad.
No a la nube que ahora soy, 
no al vapor que no distingue 
entre mi pecho o mi cabello.
Mírame, si es que puedes encontrarme.
¿Te acuerdas?
Soy un fantasma hecho de lágrimas evaporadas,
se escuchan risas de fondo, pero son leves,
están tapadas.
Yo fui un día (presente).
No me lo esperaba y me levanté fantasma,
me miré al espejo y no me encontré,
grité y ya no me oyeron.
Otra risa y otros ojos ocuparon mi figura.
Los fantasmas de vapor tenemos poco agarre al suelo.
e intentamos no llorar,
porque con cada lluvia, desaparecemos.

***

Hay textos que salen cuando tienen que salir.
Explosión.
Abren las puertas de un golpe seco, me empujan con fuerza para sacarme de un edificio en llamas y cuando miro atrás, tirada sobre el suelo y con heridas, me doy cuenta de que ya no puedo volver dentro.
No puedo volver al punto anterior.
¿Significa eso que estoy salvada?



Un abrazo gigante,
Laura

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero que bien expresas tus sentimientos,eso se llama inteligencia emocional!! Gracias a Dios que has salido tan sensible y con tanta empatia como la mamá!!!

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