Reseña: El Encuadernador - Bridget Collins

 

Género: romance, fantasía

Temas: amor, recuerdos, ética

Editorial: Plaza & Janés

Valoración: 2/5

Hay veces que siento la necesidad de desconectar y llegar a un mundo mágico, tranquilo, feliz; donde pueda dejar de pensar durante unos minutos y convertirme en la compañera invisible, pero fiel, de algún personaje que sepa robarme el corazón, al que entienda, y con el que me enfade cuando haga las cosas de una manera en las que yo jamás las haría. 

Así que saqué mi libreta de "libros recomendados" y buceé entre todas las posibilidades de historias nuevas, de las que no supiera nada o casi nada, para dejarme sorprender. 

Entonces me topé con El Encuadernador. Me la recomendaron como novela atípica de romance. Busqué la sinopsis, y para mi sorpresa, no se mencionaba por ninguna parte un romance; sino un mundo de fantasía prometedor. Ilusionada por todos estos elementos de la historia (y muy influenciada por una portada maravillosa que merece ser mencionada), me sumergí en ella.

Os la dejo aquí la sinópsis:

Imagina que los libros no solo contienen historias.

Imagina que puedes ocultar entre sus páginas tus mayores miedos, tu dolor más profundo, tus secretos más oscuros. A todo el mundo. Incluso a ti mismo. Para siempre.

Emmett Farmer, después de un largo día de trabajo en el campo, recibe una misteriosa carta que le cita a incorporarse como aprendiz de encuadernador. Es una profesión que despierta miedo y superstición en su entorno. Sin embargo, como humilde campesino sin recursos, no le queda más remedio que abandonar la granja familiar.

En la casa aislada donde vive su maestra, la anciana Seredith, Emmett aprenderá a elaborar libros que, más allá de tener unos acabados muy cuidados, son tomos mágicos que conservan los recuerdos de las personas y atesoran secretos del pasado.

Quien quiere olvidarse de algún episodio del pasado, puede acudir al lugar donde los encuadernadores encierran estas vivencias en volúmenes que guardan en una cripta bajo el taller: una suerte de biblioteca del olvido en la que todo permanece a la espera. Pero un día Emmett descubre su nombre en uno de esos libros...

Para concretar más, pero sin entrar en spoilers: El Encuadernador se desarrolla en la Inglaterra de la revolución industrial, en los años 1820-1840. Se aprecia una gran diferencia entre la gente del campo, y la gente de la ciudad. 

El elemento mágico, como cuenta la sinopsis, son los libros: en esta realidad, los libros no son ficticios, sino memorias de personas que renunciaron a ellas (o se las robaron). Existen los encuadernadores, personas con el don de sacar tus recuerdos y meterlos en un libro, que luego almacenan y protegen. Aunque por supuesto, esta profesión levanta recelos, y se compara con la brujería. Sobre todo, en el campo. Allí, la gente no habla de libros. No compra libros. Son tabú. 

Por eso, cuando Emmett es llamado para ser aprendiz y su familia apoya que deje la granja y marche con su futura maestra, no entiende nada. ¿Qué son los libros? ¿Qué hacen los encuadernadores? Tan solo sabe que son malos. Que una vez, de niño, leyó uno y su padre lo castigó, sin decir qué había hecho mal. 

Por otro lado, en Castleford, la ciudad, la encuadernación está muy propagada... y mal utilizada. Los maridos se aprovechan para borrar las mentes a sus esposas. Los encuadernadores no guardan en secreto sus libros, sino que comercian con ellos ilegalmente. Los mendigos se "prostituyen" por sus recuerdos para poder vivir, hasta ser carcasas vacías. Y Lucian, nuestro segundo protagonista, perteneciente a una familia rica, no lo soporta. Es rebelde contra su padre, bebe para no caer en la pantomima de la sociedad que le rodea.

That “Old Book Smell” Is a Mix of Grass and Vanilla | Smart News |  Smithsonian Magazine

La historia te adentra en el mundo tranquilo, rutinario de Emmet, y como al poco tiempo se ve alterado. Un muchacho bastante inocente que de repente ve su vida cambiada. Los rincones del taller de Seredith, su maestra, son acogedores y fríos a la vez. Sus clientes, un misterio.

He de decir que Bridget Collins crea una montaña rusa de emociones... y frena a mitad de trayecto. La magia que crea se diluye, pues no da respuesta a muchas de las preguntas que se crean, o al menos así lo sentí.

La trama de romance (que tan inesperada puede resultar para alguien que solo ha leído la sinopsis, pues recuerdo que no se menciona por ninguna parte) cobra mucha importancia, dejando la parte de fantasía detrás. No me malinterpretéis, la parte del romance es increíble. La evolución de la relación de los personajes hace soñar y sonreír de medio lado.

No obstante, con una premisa de fantasía con tanto potencial como la que ofrece Bridget Collins, como lectora no puedo evitar sentirme un poco decepcionada: ¿Quiénes son los encuadernadores? ¿Quién puede tener el don? ¿Hay leyes que regulen la ética de esta profesión? ¿No debería haber más altercados? ¿Cómo funciona realmente? No hay apenas worldbuilding. Y eso hace que todo pierda un poco de coherencia.

Si lo queréis leer, la clave es afrontarlo como libro de romántica, pues como digo, me dio la sensación de que se sacrificaba mucha trama de fantasía y coherencia con el mundo, por llevar a buen puerto la romántica. Si una ya se lo espera, entonces la historia no está mal (he encontrado gente que la ama, y gente que la odia).

Ahora, quiero hablar de las tramas que me habría gustado leer y alguna incoherencia que me ha molestado, o sea que habrá spoilers. 

1. ¿Dilema ético? Nada más comenzar la historia, conocemos a Seredith, una maestra encuadernadora que parece hacer las cosas bien, que vive alejada de la ciudad, y que considera bueno ayudar a las personas a olvidar ciertos recuerdos o malas experiencias que los atormentarán de por vida. Defiende que debe ser solo una vez en la vida, no algo que hacer cada poco tiempo. Enseña a Emmett a encuadernar con sus propias manos (aunque es bastante reservada y Emmett no logra dar respuestas a todas sus dudas). 

Seredith se contrapone a De Havilland, su hijo, que también es encuadernador, pero que al contrario que ella, vive en la ciudad y defiende que el negocio es el negocio: cuantas más encuadernaciones mejor, y que son los "obreros" los que deben hacer el trabajo manual. Vamos, la profesión industrializada.

Parece claro que la historia va a tomar un rumbo de crítica a lo que se hace en la ciudad; que aprovechará esta maravillosa premisa para introducir un dilema de moral y ética: ¿está bien borrar la mente? Por supuesto habrá gente que se aprovechará de ello. ¿Hay maneras de regularlo? ¿De frenarlo, si resulta ser perjudicial? 

Bueno, esta trama se queda en el tintero. Bridget critica lo que se hace en la ciudad a través de Lucien, pero tampoco vemos que hagan mucho por cambiarlo... de hecho, tanto Seredith como De Havilland mueren sin ser más desarrollados, y sin explicarle nada a Emmett sobre la profesión.

2. ¿Coherencia de las acciones? Bridget Collins, como he mencionado en el punto anterior, introduce la problemática moral de los libros para olvidarse de ella al poco tiempo. No obstante, da unas pinceladas básicas. ¡Si al menos los personajes fueran coherentes con ello! Pero no. Una de las escenas más potentes se desarrolla en el taller de Seredith. Unos granjeros enfadados acuden al taller con la intención de llevarse un libro o quemar el taller entero; acusan a Seredith de bruja. La maestra echa a la calle a Emmett y se encierra, alegando que prefiere quemarse con todos sus libros antes que darlos, pues no quiere vivir sabiendo que ha fallado a las personas que confiaron en ella para proteger sus secretos (si los libros se destruyen, las personas recuerdan todo de nuevo). Al final comienza a llover y los granjeros se marchan, pero Emmett sigue sorprendido por el comportamiento de Seredith.

Sin embargo, para el final del libro, Emmett demuestra no haber aprendido nada de su maestra, pues se dedica a quemar una biblioteca entera para destruir el libro de Lucian (que decidió borrarse la mente y olvidar su historia de amor con Emmett). Es verdad que está desesperado porque Lucian recupere sus recuerdos, pero a causa de ello, se dan muchas muertes (evitables) y demuestra ser un encuadernador tan falto de ética como De Havilland y todos los de la ciudad (a los que en teoría se criticaba). 

Y llamo a Emmett encuadernador porque en teoría lo es, pero en realidad no es muy relevante para la historia: no hace nada ni aprende nada de ello. Como digo, todo lo relacionado con la profesión y los libros se ve muy reducido a medida que nos acercamos al final.

3. ¿Buen final romántico? Después de meter la historia a la fuerza por el embudo del amor, una se esperaría que el final fuese más emocionante. Pero no. Lucian recupera los recuerdos en el último momento y, bueno, parece que se alegra, pero ya. NI SIQUIERA SE BESAN, NI LLORAN DE ALEGRÍA, NI SE DICEN "TE QUIERO". Nada.

Fin de los spoilers.

Disfruté mucho la historia hasta el 63% (me acuerdo que ahí terminaba la segunda parte). Pero después, el bajón que dio me dejó decepcionada... así que la nota que le doy al libro es un 2/5

¿Habéis leído El Encuadernador? Dejadme qué os ha parecido en los comentarios, ¡me encanta leer nuevas opiniones!

LAURA M.

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