Reseña: La vida invisible de Addie LaRue - V.E. Schawb

 


Género: fantasía

Temas: pacto con un demonio, inmortalidad, maldición, viajes por la historia.

¿Te imaginas vivir una vida eterna en la que nadie se acuerda de ti? En la que no puedes tener ninguna posesión, ni una cama garantizada al final del día, porque en cuanto desapareces un momento de la vista, se olvidan de haber hablado contigo. Una vida sin ninguna relación duradera, porque al despertar, tus amantes ven a una extraña. Una vida en la que ves a tu familia hacerse mayor y tú sigues igual y nadie te reconoce y el pueblo se hace grande y tu casa deja de serlo y ocurren epidemias y guerras e inventos y tú no puedes ni siquiera dejar tu nombre escrito.

Esta es la historia de Adeline LaRue. 

Sinopsis

Addie, una joven nacida en Villon-Sur-Sarthe, un pueblecito insignificante de Francia, quiere vivir. Por ello, antes de hacer frente a su destino, casarse y no conocer nada más allá de las fronteras de su pueblo, decide huir y rogar a los antiguos dioses para que la liberen. Estele siempre le advirtió: nunca rezar a los dioses que responden tras el anochecer. Pero en su desesperación, Addie se introduce en el bosque y reza, reza, reza sin darse cuenta de que la oscuridad cae a su alrededor. Entonces aparece él, para concederle la preciada libertad que ella quiere: la inmortalidad, a cambio de su alma, y de que nadie nunca pueda recordarla, de que nunca pueda dejar su marca en el mundo.

La vida invisible de Addie LaRue es un libro en el que cada capítulo es una pieza más de un puzle delicado, cada escena está cargada de significado, emoción y aprendizaje. Hace mucha referencia a la historia y al arte, pues la única manera que tiene Addie de dejar huella es inspirar a otros. 

Personajes

Adeline LaRue es un personaje lleno de vigor y ganas. Es una joven soñadora que, a pesar de ser engañada y maldita, es cabezota y se dispone a vivir como si tuviera una bendición, aún lo horrendo que resulta hacerlo, sobre todo los primeros años. Con cada novedad, sus ojos relucen y todo merece la pena. Con cada visita de la oscuridad, ella siente placer en negarle su alma; en demostrarle que nunca se cansará de vivir. Sus siete pecas son la única marca que consigue trascender: se convierte en musa de artistas, inspiración de poetas y cantantes, y planta semillas de ideas que, aunque nunca llevarán su nombre, ella reconoce como suyas.

 

 

Seven freckles. One for every love she'd have, that's what Estele had said, when the girl was still young.

One for every life she'd lead.

One for every god watching over her.

Now, they mock her, those seven marks. Promises. Lies. She's had no loves, she's lived no lives, she's met no gods, and now she's out of time. 

Henry Strauss, el protagonista secundario, es un joven que puede recordarla y marca un antes y un después en la vida de Addie. Es un personaje muy dulce, un chico que siente demasiado, está perdido y se valora poco a sí mismo. Siente que es insuficiente para los demás, que nadie le quiere de verdad. Que no es visto por nadie. Qué irónico cuando es el único que de verdad puede ver y recordar a Addie.

  

"Word of advice. Next time you try to return a book, don't return it to the same person you stole it from the first time".

A rock drops inside her chest. "What?"

He shakes his head. "You were just in here yesterday".

"I wasn't-"

"I remember you".

Three words, large enough to tip the world. 

 Y por último está el dios de la oscuridad, el antagonista (al que Addie bautiza como Luc). Se trata de un comerciante que sella pactos a cambio de almas. Toma la forma que quiere, pero en realidad no es nada más que oscuridad, una pesadilla. Es el único acompañante de Addie durante los siglos, visitando y abandonando a discreción, buscando que rinda su alma de una vez por todas. Addie le odia por lo que le ha hecho, por haberla engañado, pero año tras año, espera su visita para poder hablar con la única «persona» que la conoce y puede pronunciar su nombre. Es un villano de manual, de la sección «cómo construir un villano odioso, creíble y encantador al mismo tiempo».

 

"Don't you see?" he says, green eyes sharp as broken glass. "There is no end besides the one I offer. All you have to do is yiel-".

"I saw an elephant" says Addie [..]. She grins at the shadow then, a small, feral smile, all teeth, feasting on the way the humor falls from his face. It is a small victory, and yet so sweet, to see him falter, even for an instant.

Escritura y estructura

La prosa de Victoria Schawb en este libro es preciosa. Con frases cortas consigue pintar escenarios y ambientes, colarnos en la mente de sus protagonistas, ponernos en su piel. Los capítulos son cortos y todos se localizan por fecha y lugar, lo que hace la historia muy fácil de seguir. Se narra en dos líneas temporales: la del presente, en la que vemos a Addie en Nueva York; y la del pasado, en la que a través de escenas a lo largo del tiempo, se cuenta su recorrido hasta el momento.

Admiro la manera en que Victoria introduce escenas y más tarde las convierte en recuerdos, en guiños que rescata para explicar X o Y. Todas las escenas parecen una simple muestra del puzle que es la vida de Addie, pero no: son importantes, seleccionadas de entre 300 años de vida para verla crecer y ver evolucionar su relación con Luc. Semillas que planta y riega muy poco a poco hasta que, como lectora, ves un árbol gigante en frente de ti y te sorprendes pero te das cuenta de que en realidad lo has visto crecer.

Hace poco, mi profesora de narrativa nos dijo algo así: algunos mensajes no logran tener el peso que merecen en la novela si antes no se ha preparado al lector para ellos. Y no puedo estar más de acuerdo: los giros de esta historia son impactantes gracias a todo el terreno que la autora ha sembrado con anterioridad (esto también lo comenté en la reseña de Las voces del lago, de Beatriz Esteban). Son libros que se cuecen a fuego lento porque necesitan el contraste, necesitan la confianza y la comodidad del lector para luego romper.

He disfrutado mucho de esta lectura, porque es muy visual y tiene un ritmo fluido. Como única pega, diría que me pareció que el ritmo se cortaba un poco cuando se introduce a Henry, el segundo protagonista.

Como añadido, yo leí este libro en inglés y me pareció una lectura cómoda (¿nivel B1-B2?). Los capítulos son cortitos, muy circulares, y las frases sencillas. 

En conclusión, se ha convertido en uno de mis libros favoritos de fantasía y me quedo con muchas ganas de leer más de la autora.

 Un abrazo,

Laura 

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