Reseña: El viejo y el mar - Ernest Hemingway


 

Género: clásico, novela corta

Temas: soledad, orgullo, lucha interna, reflexión

París siempre fue mi asignatura pendiente en Europa. Mis ganas de visitarla surgieron de niña, tal vez porque es una de las primeras ciudades que una aprende a reconocer como "de fuera". Durante la adolescencia, esas ganas fueron in crescendo: me fascinaba la historia, el arte, así como la literatura, y París fue un centro neurálgico de todo ello. Al fin, este año lo he estrenado con una visita a la capital francesa y viví el sueño de visitar sus museos, aprender todos los detalles sobre su historia palaciega y revolucionaria, seguir los pasos de los grandes escritores y artistas que pasaron por París. Por supuesto, uno de los lugares más emblemáticos para las personas que adoramos los libros es la librería Shakespeare and Company, especializada en literatura anglosajona y que se fundó en 1919, siendo un lugar de reunión para muchos escritores americanos exiliados.

Entre los más famosos destaca Ernest Hemingway, y cómo no, tras visitar la librería tuve que hacerme con uno de sus libros más famosos: El viejo y el mar (The Old Man and the Sea), que le hizo ganar el Premio Nobel de Literatura en 1954. 

El viejo y el mar es una novela corta que cuenta la historia de Santiago, un viejo pescador cubano que lleva ochenta y cuatro días sin capturar ni un solo pez. La gente de la isla dice que está salao, que lleva la mala suerte. Es por eso que Manolín, su aprendiz, ya no va con él, no porque no quiera sino porque sus padres no le dejan. El día ochenta y cinco sale a pescar, con su optimismo característico, y para su sorpresa, captura un marlín (también conocido como pez espada) tan grande que termina arrastrando su barca mar adentro. El viejo, orgulloso y cabezota, es reacio a dejarlo marchar, así que durante los días que dura el pulso entre pez y pescador, acompañamos a Santiago en su soledad, en sus reflexiones sobre la vida y la muerte, sus diálogos con su amigo/enemigo el pez, con los pájaros, con la mar.

De la novela se pueden extraer muchos aprendizajes, pero lo que más me ha gustado a mí es el optimismo con el que Santiago afronta la vida a pesar de sus circunstancias (es un señor mayor, que no tiene ayuda y apenas medios), su manera de mantener la cabeza fría en momentos cruciales y la esperanza con la que afronta los hechos. Cada cierto tiempo, somos conscientes de su debilidad y su cansancio: echa de menos al chico, desearía que estuviera con él. Se reprocha ciertas decisiones, como todos hacemos alguna vez en nuestro día a día, pero al final sabe ser considerado consigo mismo. Eso es lo que me ha sorprendido: lo bien reflejada que está la humanidad del personaje, con sus pensamientos incoherentes, la consciencia sobre sí mismo y su estado físico y mental para aguantar mucho tiempo en el océano.

Durante toda la novela, tuve la sensación de que Santiago moriría. Él, enfrentado al basto océano, no tenía nada que hacer. Sin embargo, logra capturar al marlín tras mucho sufrimiento. Esto le trae desgracias: en su obcecación por capturar al animal, se introduce demasiado en el océano, y la vuelta con un animal desangrándose es peligrosa. En seguida aparecen tiburones a los que logra sobrevivir, pero que devoran toda la carne del pez. Cuando llega de nuevo a casa, lo único que arrastra es un gran esqueleto de marlín. ¿Es esto una metáfora sobre cómo hay momentos en la vida en los que parece que no hemos avanzado nada, a pesar de haber sufrido por el camino? Siempre queda un poso, un aprendizaje, hay luchas que debemos enfrentar solos y los demás jamás podrán ver más que el esqueleto de lo que fue para nosotros. ¿Es una lección sobre aprender a medir la ambición? ¿De qué sirve pescar un gran pez en alta mar si luego no se puede traer de vuelta a casa sin que lo devoren los tiburones?

En conclusión, es una de esas historias que se pueden leer muchas veces y sacar nuevos aprendizajes, así como empatizar con el viejo y sus reflexiones. Es una novela que además está perfectamente ambientada: se siente el mar, sus animales y su comportamiento, el exterior y la dureza de la vida en la embarcación.

Sin duda, una obra corta que dice mucho. 

Me despido con un párrafo que me gustó:

He always thought of the sea as la mar which is what people call her in Spanish when they love her. Sometimes those who love her say bad things of her but they are always said as though she were a woman. Some of the younger fishermen, those who used buoys as floats for their lines and had motor-boats, bought when shark livers had brought much money, spoke of her as el mar which is masculine. They spoke of her as a contestant or a place or even an enemy. But the old man always thought of her as feminine and as something that gave or withheld great favours, and if she did wild or wicked things it was because she could not help them. The moon affects her as it does a woman, the thought.

Siempre pensaba en el mar como la mar, que es como le dicen en español cuando la quieren. A veces los que la quieren hablan mal de ella, pero lo hacen siempre como si fuera una mujer. Algunos de los pescadores más jóvenes, los que usaban boyas y flotadores para sus sedales y tenían botes de motor comprados cuando los hígados de tiburón se cotizaban altos, le llamaban el mar, que es masculino. Hablaban del mar como un contendiente o un lugar o incluso como un enemigo. Pero el viejo lo concebía siempre como perteneciente al género femenino y como algo que concedía o negaba grandes favores, y si hacía cosas perversas y terribles era porque no podía remediarlo. La luna, pensaba, le afectaba lo mismo que a una mujer. 


Un abrazo gigante,

Laura

 

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