Género: fantasía
Temas: lectura e inmersión, el valor de las historias, ser uno mismo, aceptación, valores, amistad, ego
La Historia Interminable es uno de esos libros de los que he escuchado hablar desde siempre, pero que nunca me terminaba de llamar la atención. Puede que fuera el "efecto adulto", es decir, esos libros que cuando éramos pequeños/as nos recomendaban abuelos/padres/tíos y dejábamos en el cajón ¿solo por llevar la contraria? No sé muy bien la razón.
Sin embargo, un día de esos en los que me apetecía recorrer las estanterías de casa y elegir un libro al azar que no me hubiera leído ya (sí, de esos que nos regalan o que tienen nuestros padres, pero que se quedan cogiendo polvo hasta que los redescubres), me encontré un ejemplar de La Historia Interminable, que ni siquiera recuerdo cuándo apareció por casa (si estás leyendo esto y me lo regalaste tú, ¡siento no acordarme!). Echando la vista atrás a ese momento, me parece que tiene un toque poético el haber descubierto esta historia así, por casualidad, como el protagonista. ¿No es acaso una historia interminable, condenada a repetirse?
Pero bueno, no me enrollo más, comienzo la reseña:
La historia nos presenta a Bastián Baltasar Bux, un niño inseguro del que los chicos del colegio se ríen y se burlan. Siente a su padre distante desde la muerte de su madre y piensa que, tal vez, es una decepción para él. Estudiar tampoco se le da bien, por lo que el colegio no es un lugar agradable al que volver.
Huyendo de los matones, decide ir a la librería del señor Koriander y allí se ve atraído por un libro que no duda en llevarse. En vez de asistir a clase, se encierra en el desván del colegio a leer. Allí se embarca en la lectura de La Historia Interminable, la cual le lleva a un país llamado Fantasía y que está a punto de desaparecer, a no ser que un humano lo encuentre y lo salve a tiempo.
Cuando se da cuenta de que él puede ayudar a Atreyu, el protagonista de la historia, y salvar Fantasía, no lo duda. Sin saber muy bien cómo, se introduce en este mundo que él puede diseñar a su medida a través de deseos e historias, donde puede dejar de ser débil, feo y cobarde, donde es querido por los demás e incluso respetado por ser su salvador.
El problema es que, con cada deseo, Bastián se va olvidando se sí mismo y de su mundo, y poco a poco se corrompe, incluso llegando a luchar con Atreyu y Fújur, sus dos amigos y aquellos personajes que tanto admiraba cuando tan solo era un niño leyendo un libro; llegando a tomar decisiones egoístas y crueles, olvidándose de él y de sus valores. Bastián quiere cambiar, pero lo hace solo a través de deseos mágicos, y la mayoría de los cambios que se producen en él son sobre la imagen que da a los demás, sobre el respeto y el poder.
El final del libro es bonito, dado que antes de quedarse encerrado en la historia interminable, después de ver en lo que se puede convertir, decide hacer todo lo posible por volver a su mundo, buscando de nuevo su individualidad, sus verdaderos deseos y las cosas que de verdad le importan en el mundo real, como el amor hacia su padre (cuyo recuerdo será la última y más importante baza para su regreso).
Se trata de una historia de fantasía muy clásica, con un mundo lleno de criaturas y escenografías de todo tipo, donde no hay unas reglas muy marcadas. Es la típica historia de viaje del héroe, en el que los eventos y personajes que se encuentra a cada capítulo influye en sus decisiones, le ayudan (o no) y le hace aprender algo.
En cuanto a la historia, trata sobre la aceptación, sobre tomar conciencia de quién es uno mismo y valorarse. Bastián se refugia en Fantasía para escapar de él mismo y para buscar todo aquello que le falta, pero a medida que sus deseos se cumplen, pierde sus recuerdos, su mundo y su forma. Al principio, no parece importarle. No obstante, pronto ve los peligros de desear cada vez más y perderse: quedarse vacío.
En mi opinión, es un libro que tiene momentos muy bonitos y enseñanzas importantes, pero que se hace lento debido a su excesiva arbitrariedad. Me recuerda a las historias con “profecías” (si le puede llamar así en este caso) que una tiene que creerse al leer, porque no se apoyan en nada más que en la necesidad del personaje de aprender y cambiar. A medida que Bastián necesita darse cuenta de algo, surge algún personaje, objeto o lugar mágico que se lo proporciona, que le hace aprender esa lección nueva. Y es maravilloso en cuanto a riqueza y originalidad: Fantasía es un mundo amplio, con criaturas increíbles (mención especial a los ayayai, criaturas que me parecieron muy originales a la par que tristísimas), pero he de admitir que, en algunos puntos, se me hizo un poco cuesta arriba.
Por supuesto, la edición a doble tinta para separar el mundo real del imaginario es un detalle muy curioso (y más cuando leemos que, dentro de la historia interminable, existe un escribano al mismo tiempo escribiendo la historia a dos tintas). Los capítulos comienzan uno con cada letra del abecedario.
Lo que más curiosidad me ha generado es el por qué detrás del título. Al parecer, la historia se repetía una y otra vez hasta que Bastián lograba dar con el mundo de Fantasía y salvarlo. Y, al mismo tiempo, la historia se repetía en el sentido de que en algún momento, Fantasía correría peligro y necesitarían un humano que leyera la historia y llegara para ayudarlos.
No obstante, a mí me pareció una metáfora bonita para la relación de los lectores con los libros de fantasía (tal vez porque yo soy muy librófila de este género): con cada nuevo libro, el lector se vuelca en la historia y se convierte en un personaje distinto, con poderes, capacidades y rasgos increíbles. Normalmente, a través de ellos se vive una historia y se reflexiona, pero al acabar el libro, se es uno mismo otra vez. Sin poderes, sin rasgos increíbles, pero con algo nuevo aprendido para el mundo real. Y al comenzar otro libro una se vuelve a embarcar en otra aventura, a empezar de cero, a tener historias fantásticas, se introducirá y vivirá las emociones de los personajes, llorará, reirá, y de nuevo cerrará el libro y será devuelta a la realidad.
En conclusión, es un libro bonito y que esconde una complejidad más grande de la que aparenta a simple vista, pero que avanza lento y de manera un poco aleatoria, sobre todo si estás acostumbrada a leer libros de fantasía con reglas -más o menos- marcadas.
¿Y vosotr@s? ¿Habéis leído La Historia Interminable? ¿Habéis visto las películas/series? Siendo sincera, el libro ha sido mi primer acercamiento, ni siquiera sabía de qué iba la historia hasta que la comencé, a pesar de ser un libro que ha sido muy importante para personas de mi entorno e incluso un libro de referencia para algunas autoras a las que sigo. Sólo sabía que aparecía un dragón jeje (Fújur).
Un abrazo,
Laura
Temas: lectura e inmersión, el valor de las historias, ser uno mismo, aceptación, valores, amistad, ego
La Historia Interminable es uno de esos libros de los que he escuchado hablar desde siempre, pero que nunca me terminaba de llamar la atención. Puede que fuera el "efecto adulto", es decir, esos libros que cuando éramos pequeños/as nos recomendaban abuelos/padres/tíos y dejábamos en el cajón ¿solo por llevar la contraria? No sé muy bien la razón.
Sin embargo, un día de esos en los que me apetecía recorrer las estanterías de casa y elegir un libro al azar que no me hubiera leído ya (sí, de esos que nos regalan o que tienen nuestros padres, pero que se quedan cogiendo polvo hasta que los redescubres), me encontré un ejemplar de La Historia Interminable, que ni siquiera recuerdo cuándo apareció por casa (si estás leyendo esto y me lo regalaste tú, ¡siento no acordarme!). Echando la vista atrás a ese momento, me parece que tiene un toque poético el haber descubierto esta historia así, por casualidad, como el protagonista. ¿No es acaso una historia interminable, condenada a repetirse?
Pero bueno, no me enrollo más, comienzo la reseña:
La historia nos presenta a Bastián Baltasar Bux, un niño inseguro del que los chicos del colegio se ríen y se burlan. Siente a su padre distante desde la muerte de su madre y piensa que, tal vez, es una decepción para él. Estudiar tampoco se le da bien, por lo que el colegio no es un lugar agradable al que volver.
Huyendo de los matones, decide ir a la librería del señor Koriander y allí se ve atraído por un libro que no duda en llevarse. En vez de asistir a clase, se encierra en el desván del colegio a leer. Allí se embarca en la lectura de La Historia Interminable, la cual le lleva a un país llamado Fantasía y que está a punto de desaparecer, a no ser que un humano lo encuentre y lo salve a tiempo.
Cuando se da cuenta de que él puede ayudar a Atreyu, el protagonista de la historia, y salvar Fantasía, no lo duda. Sin saber muy bien cómo, se introduce en este mundo que él puede diseñar a su medida a través de deseos e historias, donde puede dejar de ser débil, feo y cobarde, donde es querido por los demás e incluso respetado por ser su salvador.
El problema es que, con cada deseo, Bastián se va olvidando se sí mismo y de su mundo, y poco a poco se corrompe, incluso llegando a luchar con Atreyu y Fújur, sus dos amigos y aquellos personajes que tanto admiraba cuando tan solo era un niño leyendo un libro; llegando a tomar decisiones egoístas y crueles, olvidándose de él y de sus valores. Bastián quiere cambiar, pero lo hace solo a través de deseos mágicos, y la mayoría de los cambios que se producen en él son sobre la imagen que da a los demás, sobre el respeto y el poder.
El final del libro es bonito, dado que antes de quedarse encerrado en la historia interminable, después de ver en lo que se puede convertir, decide hacer todo lo posible por volver a su mundo, buscando de nuevo su individualidad, sus verdaderos deseos y las cosas que de verdad le importan en el mundo real, como el amor hacia su padre (cuyo recuerdo será la última y más importante baza para su regreso).
Se trata de una historia de fantasía muy clásica, con un mundo lleno de criaturas y escenografías de todo tipo, donde no hay unas reglas muy marcadas. Es la típica historia de viaje del héroe, en el que los eventos y personajes que se encuentra a cada capítulo influye en sus decisiones, le ayudan (o no) y le hace aprender algo.
En cuanto a la historia, trata sobre la aceptación, sobre tomar conciencia de quién es uno mismo y valorarse. Bastián se refugia en Fantasía para escapar de él mismo y para buscar todo aquello que le falta, pero a medida que sus deseos se cumplen, pierde sus recuerdos, su mundo y su forma. Al principio, no parece importarle. No obstante, pronto ve los peligros de desear cada vez más y perderse: quedarse vacío.
En mi opinión, es un libro que tiene momentos muy bonitos y enseñanzas importantes, pero que se hace lento debido a su excesiva arbitrariedad. Me recuerda a las historias con “profecías” (si le puede llamar así en este caso) que una tiene que creerse al leer, porque no se apoyan en nada más que en la necesidad del personaje de aprender y cambiar. A medida que Bastián necesita darse cuenta de algo, surge algún personaje, objeto o lugar mágico que se lo proporciona, que le hace aprender esa lección nueva. Y es maravilloso en cuanto a riqueza y originalidad: Fantasía es un mundo amplio, con criaturas increíbles (mención especial a los ayayai, criaturas que me parecieron muy originales a la par que tristísimas), pero he de admitir que, en algunos puntos, se me hizo un poco cuesta arriba.
Por supuesto, la edición a doble tinta para separar el mundo real del imaginario es un detalle muy curioso (y más cuando leemos que, dentro de la historia interminable, existe un escribano al mismo tiempo escribiendo la historia a dos tintas). Los capítulos comienzan uno con cada letra del abecedario.
Lo que más curiosidad me ha generado es el por qué detrás del título. Al parecer, la historia se repetía una y otra vez hasta que Bastián lograba dar con el mundo de Fantasía y salvarlo. Y, al mismo tiempo, la historia se repetía en el sentido de que en algún momento, Fantasía correría peligro y necesitarían un humano que leyera la historia y llegara para ayudarlos.
No obstante, a mí me pareció una metáfora bonita para la relación de los lectores con los libros de fantasía (tal vez porque yo soy muy librófila de este género): con cada nuevo libro, el lector se vuelca en la historia y se convierte en un personaje distinto, con poderes, capacidades y rasgos increíbles. Normalmente, a través de ellos se vive una historia y se reflexiona, pero al acabar el libro, se es uno mismo otra vez. Sin poderes, sin rasgos increíbles, pero con algo nuevo aprendido para el mundo real. Y al comenzar otro libro una se vuelve a embarcar en otra aventura, a empezar de cero, a tener historias fantásticas, se introducirá y vivirá las emociones de los personajes, llorará, reirá, y de nuevo cerrará el libro y será devuelta a la realidad.
En conclusión, es un libro bonito y que esconde una complejidad más grande de la que aparenta a simple vista, pero que avanza lento y de manera un poco aleatoria, sobre todo si estás acostumbrada a leer libros de fantasía con reglas -más o menos- marcadas.
¿Y vosotr@s? ¿Habéis leído La Historia Interminable? ¿Habéis visto las películas/series? Siendo sincera, el libro ha sido mi primer acercamiento, ni siquiera sabía de qué iba la historia hasta que la comencé, a pesar de ser un libro que ha sido muy importante para personas de mi entorno e incluso un libro de referencia para algunas autoras a las que sigo. Sólo sabía que aparecía un dragón jeje (Fújur).
Un abrazo,
Laura
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