Género: contemporánea
Temas: literatura, reflexión, misterio, éxito literario vs historias sinceras
En Los días leves, se cuenta la historia de una joven estudiante de literatura que cree descubrir que la famosa novela La insoportable levedad del ser de Milan Kundera no fue escrita por él, en realidad, sino que se la robó a la escritora Frances Donell. La protagonista comienza escribiendo sobre Donell con la idea de tener alguna publicación que le haga tener méritos en la universidad. No obstante, termina inmersa en una investigación sobre la verdadera autoría de la famosa obra del escritor checo. Esta investigación le hace desarrollar una obsesión cada vez mayor por desentrañar los misterios de la personalidad y la vida de Frances Donell, una autora estadounidense que decide pasar sus últimos años de vida en San Lorenzo del Escorial. La escritora, apasionada de las aves y católica, es un personaje extraño, de cuentos bizarros y aleccionadores, de comentarios cortantes e impertinentes.
«Sus personajes se movían en tramas de crueldad medieval, una etapa de la historia del ser humano que no se regía por la arrogancia del Renacimiento o la Ilustración».
La historia me llamó la atención desde el momento en que la conocí, pues me pareció muy original: una escritora gruñona, una joven con ansia de escribir, una casa de piedra en un pueblecito de la sierra y aves por doquier. La narración es muy visual, en primera persona, y lleva por el proceso emocional de la protagonista. Como lectora, una comienza entendiendo su curiosidad, pero a medida que va sabiendo más y más de la autora, se echa para atrás y cada vez entiende menos su dedicación. Lo sentí similar a ver a una amiga obsesionarse por una persona que no es trigo limpio, que no la trata bien, que oculta demasiado, y como poco a poco, ella se vuelve igual de extraña. Al mismo tiempo, es una novela llena de comicidad, con escenas surrealistas que te sacan una sonrisa en los momentos más inesperados.
La novela trata la falsedad edulcorada de los círculos literarios frente al «pasotismo» de Frances: ella escribe para contar verdades, no para convertirse en una figura famosa. Esto choca con el ansia de escribir una gran obra de la protagonista, que curiosamente, quiere basar su gran obra en una escritora que huye precisamente de este tipo de ideas. Siempre ha existido el dualismo entre escribir para alcanzar el éxito o para contar algo verdadero, aunque (y esto es ya mi opinión) tener la primera añoranza -que no obsesión-, no excluye lo segundo.
Para desentrañar alguno de los misterios de esta historia, he tenido la suerte de contar con Adriana Murad Konings, su autora, y hacerle un par de preguntas sobre los temas y sus fuentes de inspiración.
«La religión era uno de los aspectos que más me interesaba conservar de la verdadera Flannery O’Connor, en quien me basé para construir el personaje de Frances. Al leer los diarios de O’Connor me llamó mucho la atención cómo ella ya temía la desaparición de la fe en los años 40, 50 y 60. Es por eso que ella escribía de esa forma: creía que solo con el impacto que generaban sus cuentos, aún usando la violencia, podría despertar la conciencia de sus lectores, que ella sabía que rara vez eran creyentes. Al situar a mi personaje, a Frances, en el siglo XXI, esta sensación de vivir en un mundo sin fe no podía sino llevarse al extremo. Me interesaba contraponer la religión de Frances con un personaje, la joven estudiante, que no fuera necesariamente atea, ni siquiera cínica respecto a la religión, sino que no tuviera una opinión formada al respecto porque simplemente no había accedido a una educación religiosa. A partir del interés y creciente obsesión que siente por Frances, un personaje que rara vez muestra sus sentimientos, se ve arrastrada a querer entender también su religión, tal vez como forma de conocerla mejor y de saber lo que siente».
En conclusión, es una novela que no deja indiferente (ha sido finalista del Premio Nadal 2023 y del Premio Herralde). Me ha encantado traer este tipo de reseña con colaboración de la autora para poder profundizar más en la historia y entender su contexto. ¡Ojalá pudiera hacerlo con muchas más escritoras! Gracias a Adriana por su tiempo y por responder con tanto detalle a las preguntas que me surgieron.
Un abrazo,
Laura
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