Género: ciencia ficción
Temas: telepatía, activismo, incógnitas familiares
Editorial: Ediciones Hati
Valoración: 3/5
Año 2824.
La sociedad ha avanzado a ritmos vertiginosos. Viajar a través de los continentes del planeta Tierra es tan fácil como coger el metro; quien quiere descubrir algo nuevo, viaja a Marte o a la Luna.
La tecnología es una gran aliada: la gente navega en Nyleo a través del DEP que portan en la muñeca; piden a su interfaz -a cada cual más original- que les administre sus mensajes o les haga compañía durante un viaje, aunque cierto es que también pueden poner el piloto automático y dormir en el coche.
Pero el cambio más importante es el del nuevo gen: el gen de la telepatía, que suele acompañar a las personas albinas. Un veinte porciento de la población mundial puede leer mentes.
El Gobierno Mundial, por supuesto, ya ha legislado acerca de los derechos y restricciones de los telépatas, o blancos, pero sobre todo, acerca del derecho de los atelépatas o ates, a su intimidad.
Cuando descubren que Ziven, un joven de dieciséis años, ha estado viviendo al margen de la ley sin identificarse como telépata y poniendo en riesgo la intimidad de cientos de ates, el Gobierno Mundial lanza una propuesta de reforma de la Ley Global de la Telepatía por la que los derechos de los telépatas se verán todavía más restringidos y el colectivo terminará todavía más marginalizado.
Y eso Voice, una joven activista telépata, no está dispuesta a permitirlo.
Después de introducir la premisa sobre la que se asienta esta historia, hay que admitir que tiene fuerza.
Anna Roldós crea un mundo futurista que, aunque no deja de sorprender por los grandes avances y por el surgimiento del gen telépata, es cercano y creíble. Los personajes viven su vida como cualquiera de nosotros la viviría: van a la escuela, trabajan, tienen hijos, ven series… existen gobiernos, partidos políticos y leyes que cumplir.
El activismo -y el terrorismo, en contrapartida- tienen mucho peso en esta historia, que clama por los derechos del colectivo minoritario, que pretende la mutua comprensión entre blancos y ates, y hace pensar en el miedo que siempre hay a lo diferente.
No obstante, la representación de colectivos usualmente más ignorados no se queda solo en la ficción, sino que la escritora crea un mundo con personajes muy ricos y diversos -que, de nuevo, ayuda a la credibilidad de este mundo futurista, pues el futuro no puede ser de otra manera: diverso y respetuoso-.
El apartado anterior también salta a la parte formal: es la primera novela que leo en la que determinados personajes (más bien, determinades personajes) se comunican con el neutro acabado en -e. He de admitir que me resultó difícil acostumbrarme, pues cada vez que lo leía me chocaba tanto que me sacaba del curso de la historia… aunque cierto es que a medida que leí más, me distrajo menos.
Pienso que es una apuesta interesante y que, como al lenguaje y a su evolución, una se acostumbra, sobre todo si lo lee más a menudo. Tengo curiosidad por saber si el neutro en -e terminará siendo más utilizado en literatura de aquí a unos años.
En cuanto a la historia, engancha y deja con ganas de saber qué es lo siguiente que sucederá, aunque me ha costado entender el comportamiento de los protagonistas en bastantes ocasiones: entendía sus razones, también el patrón que definía su personalidad, pero no logré conectar con ninguno. Pienso que puede ser debido a que gran parte de la personalidad de los protagonistas -Ziven y Voice- se basa en sus experiencias del pasado, y éstas se dan a conocer de forma vaga o cuando la historia está ya muy cerca del final.
Pero bueno, habrá segunda parte, así que tal vez solo tengo que esperar a leerla para entenderles un poco mejor y ver cómo se desarrollan... además, el final es abierto, ¡por lo que estoy intrigada por saber cómo solucionarán lo que se les viene encima!
¡Gracias a Ediciones Hati por el ejemplar digital!
¿Algun@ ha leído Hijos del Destino? ¡Dejadme en comentarios qué os ha parecido!
Un saludo,
Laura
2 comentarios:
Me gusta la idea de ese mundo multidiverso, donde la telepatía juega un papel importante en la condición de los personajes, o de algunos. Ciencia ficción podría ser sinónimo, aquí, de ciencia verosímil. La reseña invita a, como mínimo, acercarse a la lectura de la novela.
Me gusta ese término de cincia ficción-ciencia verosímil... ¡Gracias por tu comentario!
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